Decisiones

Perla de inspiración

Mis decisiones, mis errores, mi responsabilidad

Elaborado por: Aylenn Minaya

La dependencia

En nuestro espacio de diálogo Conversando con tu Veci(ndad) surge un tema muy interesante como el de saber tomar una decisión …

Cuando eres niño los padres siempre deciden con qué ropa vestirte, qué zapatos comprarte, lo que debes comer, e infinidades de cosas. Cuando eres niño, los mayores deciden por ti, porque esas decisiones siempre serán en beneficio tuyo.

A medida que pasa el tiempo, vas creciendo y de pronto vas aprendiendo a tomar tus propias decisiones, pero siempre hay algo que te frena, algo que no te permite dar ese paso sin antes pensar en  la aprobación de los demás, tratando de buscar el acierto en la resolución y no caer en el error. 

¿Pero por qué siempre dependemos de eso? 

Nosotros como personas y seres humanos, somos sociables y contamos nuestros problemas del día a día a nuestros padres, familiares, amig@s, etc. Y de alguna u otra manera, eso siempre nos lleva a buscar la aprobación del resto, independientemente de la situación o contexto en el que nos encontremos. A veces lo hacemos para “sentirnos bien” y dejar que otros tomen las decisiones por uno pero eso puede llevarnos a un vacío interior que no nos permitirá ser nosotros mismos. 

Sin embargo, también es cierto que todos en algún momento nos vemos en la necesidad de saber que piensa el resto sobre cualquier tema que estemos pasando, porque nos encontramos inseguros de alguna elección que estamos por tomar. No obstante, la perspectiva o punto de vista que sienta la otra persona ante esa situación, no debería ser impuesta o una barrera para que influya en lo que realmente queremos o deseamos hacer. Y es justo en ese momento, donde hay una línea que separa lo saludable de lo dañino, y que a la larga podría establecer lazos de dependencia.

Mi propia decisión

Cuando buscamos la aprobación de otras personas se vuelve como un círculo vicioso, que lo único que nos va a generar es ansiedad. Por lo tanto, nuestras decisiones dejan de ser nuestras e indirectamente se convierten en las medidas del resto. Provocando que perdamos la libertad de decidir acorde nuestras necesidades o lo que nosotros queremos o pensamos, así creamos inconscientemente una dependencia de los demás.

No es sano dejar que otras personas tomen resoluciones  por nosotros. Porque ellos tomarán dicha decisión acorde a lo que piensan y su propia perspectiva que puede ser totalmente diferente a la nuestra. Pero, no por ello, queremos decir que no podamos recibir un consejo o tener una visión diferente sobre un problema, porque en efecto, podemos encontrarnos en situaciones inseguras y probablemente necesitemos una ayuda. Pero… que nunca se nos olvide que la decisión la debemos tomar nosotros mismos.

La decisión de los padres

Muchas de las veces nuestros padres son los que deciden por nosotros, porque siempre mencionan que lo único que ellos quieren es “nuestro bienestar”. Lo creo completamente. Pero, hay veces que los padres deberían permitir que los hijos cometan sus propios errores y aprendan de esos desaciertos. Porque ellos no van a estar toda la vida para tomar las determinaciones por sus hijos.

Por consiguiente, lo único que lograrán, es que sus hijos en el futuro no sepan cómo actuar y qué decisiones tomar ante acontecimientos complejos. Porque, lastimosamente los padres habrán creado ese acto de dependencia antes en el niño y hoy por hoy en el adulto.

Nuestro propio valor

Si permitimos que las otras personas caminen por nosotros, lastimosamente, nos convertimos en algo que no somos y que no nos satisface. De repente, comenzamos a mentirnos, y creeremos que eso no hará daño a nadie, peroa la larga alguien saldrá lastimado por una mala decisión

Para evitar lo que mencionamos anteriormente, es indispensable analizar el problema, meditarlo a fondo, saber sus consecuencia, saber los beneficios, conocer si  afecta a muchos o a pocos y cómo es la afectación, el saber elegir un camino u otro nos llevará a ir por el lado bueno o definitivamente a caminar sobre espinas descalzo. De una sola decisión puede depender el éxito o el fracaso en todos los aspectos de nuestra existencia  y una vez dado el paso debemos ser firmes y valientes en afrontar lo que viene luego, es así como construimos nuestra vida en función de tomar decisiones sean buenas o malas. Porque al fin y al cabo, los únicos que vamos a vivir de ellas, somos nosotros. Y recuerda que está bien equivocarse, está bien cometer errores. Porque para eso estamos, para aprender que si te equivocas en algo, de eso aprenderás para ya no volver a fallar.

Con el paso del tiempo te llegará la madurez de mantener este hábito de ver por nosotros mismos y el de los tuyos, no solo por ahora, ni mañana o durante una semana, sino para toda la vida. Porque es ahí, cuando dejamos de buscar la aprobación del resto, dejamos el miedo y los temores de lo que pueda pasar, porque somos más expeditos y habremos encontrado nuestro propio valor en tomar buenas decisiones.

Fuentes:

Las ruedas de diálogo en Conversando con tu Veci(ndad) las hacemos virtualmente todos los jueves a las 17:30 hora de Ecuador, a través de este enlace: https://us02web.zoom.us/j/2782750942