Elaborado por: Jaime Mejía P.
La rueda anterior en Conversando con la Veci: «María» nos comentó de un problema que le estaba quitando el sueño, 36 años de casada, una pareja de hijos grandes, un esposo «común» (machista y voz de soldado).
En este párrafo ella nos cuenta que lamentablemente su «general» se contagió del virus y tuvo que hacer lo que toda esposa abnegada haría por su hogar, cuidar del enfermo a pesar de los gritos, malos tratos y de los malgenios de parte de su esposo.
Consecuentemente, pasa a convertirse en la «única cabeza de hogar», pero las exigencias de sus hijos le hacen sentir como «la última pieza del coche» sin darle la importancia, solo sirve para que las demandas sean satisfechas, como por ejemplo: comida, ropa, dinero, etc.
Además, como es de imaginarse en confinamiento de 24 horas, 7 días a la semana, las demandas se vuelven más exigentes y no acaban a ninguna hora. Por lo tanto, muchos sueños por el suelo, mucho cansancio a cuestas y con las ganas de salir corriendo a cualquier lugar tranquilo, a solas.
¿Qué se necesita para un cambio?
Como resultado y después de mucho rodar, de sentir las energías agotadas, una voz potente sale de lo más profundo : YA BASTA!
Es que ¿no nos damos cuenta del trabajo, esfuerzo y sacrificio que una persona hace por nosotros?
Ya no es obligación que alguien esté pendiente de un@ o velando por nuestro bienestar y/o salud.
Que la famosa «cesta mágica» de la ropa: se lava, se limpia se plancha y se dobla sola, o que en nuestra mesa hay manjares que ni cuenta nos damos de ¿cómo llegaron ahí?
Ciertamente, no se precisa de un pago monetario; se requiere de reconocimiento, condescendencia y de agradecimiento, este último punto, olvidado en alguna ocasiones, sin saber que UN SIMPLE GRACIAS habla más que mil palabras.
Mejor es aún cuando las tareas y todo lo que interviene en el hogar es compartido, y es recíproco. El amor es así se ama y se deja uno amar.
Lo más importante es que en el hogar todos los integrantes participen de este cariño y de cuidarse uno a los otros, así se conforman LA FAMILIA, de esta manera se mantiene el HOGAR.
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