Elaborado por: Jaime Mejía P.
En la última rueda de Conversando con la Veci(ndad), abordamos el tema de cómo la corrupción ha crecido de forma desbordante. Ha llegado a un punto en que nos indigna, nos causa ira, nos sentimos como bobos. Y lo peor: se habla del cambio pero no pasa nada.
Por lo tanto, ¿de qué sirve tener las leyes si podemos buscarles grietas y zafarnos de ella? No sirve de nada, si campea la impunidad, el «amigazgo», la «palanca», o «ese» contacto.
Los brazos de la corrupción son tan grandes que llegan a un sinnúmero de tópicos: negocios, deporte, arte, cine y por supuesto, a los gobiernos.
Preguntas que resuenan
Entre los participantes nos preguntamos ¿y dónde quedó el respeto al bien ajeno?
¿Dónde se enseñó que el dinero del Estado era para los que lo administran?
¿Cuál es el principio de que yo debo ganar a costilla de algo que no es mio?
¿Dónde se enseñó que el hecho de hacer trampa es sinónimo de «viveza» en sentido positivo?
Tantas preguntas que quedan en el limbo.
Sin embargo, en la rueda, nosotr@s sí encontramos las respuestas a muchas de ellas y todo radica en la conciencia de valores. Por ejemplo, cuando a tu hij@ le enseñas a saludar a las personas mayores, a respetarlas por su condición de «sabi@s» del tiempo. Al inculcar desde pequeñ@s a referirse a las personas con palabras amables, en vez de enseñarles con gritos, golpes o palabrotas.
O también cuando eres tú el ejemplo al acatar las leyes básicas de convivencia: mantener limpio tu hogar, poner la basura en su lugar, evitar desperdiciar los recursos, ser gentil con los animales, y tener un entorno agradable para la familia y l@s demás.
Otro principio del cual debemos mantener a la cabecera de todo es que debemos tratar a las personas como nos gustaría que nos traten, y nunca debemos tomar algo que no es nuestro.
Reglas sencillas y básicas que se han perdido en el tiempo, en la escuela, en la universidad, en la vida.
Lo más importante es saber que no todo está perdido. Cada un@ de nosotr@s somos entes sociales y de nosotros depende que la sociedad tenga un rumbo diferente. No nos dejemos llevar por esas «garras de la corrupción». Hagamos el pacto de cobrar y pagar lo justo. No entremos en las «coimas». Si lo rompo, lo pago. Si ofendo, me disculpo. Siempre el camino debe ser el correcto, porque los atajos me traen problemas y lo que no me pertenece se devuelve.
En conclusión, en la rueda de esta semana aprendimos de las experiencias de vida de l@s participantes que el llevar estos principios sencillos dentro de nuestra vida, logrará transformar nuestro hogar, nuestra comunidad y en suma, a nuestra sociedad. Es por esto que la perla de inspiración de esta semana es:

#NoMasCorrupciónenEcuador #ConversandoConLaVeci #LosHonestosSomosMás #YoHagomiparte #YoCumplo #RespetolaLey
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