Elaborado por: Penélope Lara

En una de nuestras ruedas ofrecida por la fundación, nuestra participante Adriana, (nombre protegido), manifestó lo preocupada y desesperada que estaba por el acoso que se presenta hacia su hija, después de haber mantenido un diálogo con un joven desconocido durante un tiempo aproximado de 6 minutos, y por este sencillo acto de empatía es víctima del hostigamiento por parte de un sujeto, al punto que que debió tomar acciones judiciales y presentar una denuncia ante la Fiscalía General del Estado.
Adriana menciona que no tiene ninguna red de apoyo a dónde pueda acudir para que su hija sienta tranquilidad, además es sabido que muchas víctimas por diferentes motivos no han encontrado una solución real para este tipo de problema.
Así también, debemos tener en cuenta que los problemas de inseguridad, inestabilidad, traumas y miedo se vuelven más latentes en cada mujer cuando el atacante ha incurrido en actos de amenaza, manipulación, chantaje, humillación, aislamiento, vigilancia, hostigamiento, disminución de la autoestima, deshonra, descrédito, insultos o control de creencias, decisiones o acciones todo esto respaldado según estudios realizados por la Fiscalía General del Estado
Andrea teme cada segundo por la seguridad y bienestar emocional de su hija, porque ella trabaja en un local fuera de su casa y tras la situación que está viviendo procura que siempre esté acompañada por alguna persona, para no ser víctima de este sujeto en mención que lo único que hace es atormentarla y perturbar su tranquilidad.
¿Cómo vencer el miedo?
Tras un tiempo de esconderse, evitar caminar en la calle, de estar siempre vigilante en la calle, es en este momento cuando se debe tener el coraje y la valentía para afrontar aquel miedo que nos invade.
Debemos considerar en cada momento que nadie se puede adueñar de “nuestro futuro”, ni nos pueden arrebatar nuestra tranquilidad, no pueden provocarnos miedo ni temor, debemos poder realizar con nuestras actividades diarias con normalidad sin ningún tipo de arrebato o incertidumbre.
¡Es momento de actuar!.
Alertas siempre
Debemos parar en seco y si no son escuchadas, denunciar de manera inmediata todos aquellos actos mal intencionados que se noten de parte de un tercero.
Buscar ayuda a entidades que trabajan específicamente sobre estos temas, saber que existen leyes que regulan el uso inadecuado de los medios de comunicación, sobre todo las redes sociales que son los medios que en la actualidad son las que más se utilizan.
Algunos medios aseguran que en la pandemia la metodología de acoso a través de la web (ciberacoso) se ha incrementado y es que la vulnerabilidad de las jóvenes es preocupante, se desconoce en qué momento un extraño puede hacer daño o agredir la integridad física o emocional, por eso es importante también estar alertas de los “supuestos amigos” que nos siguen en las redes, no confiar ciegamente de la persona que está al otro lado de la pantalla, porque no se sabe ¿quién es? no nos podemos guiar por una foto bonita nada más.
Al estar inmersa en esta situación de acoso debemos tener mucha precaución, una vez que enfrentamos nuestros miedos, no está demás, tener a una persona a la cual acudir en caso de una emergencia, tener un objeto como un paraguas para defensa y por supuesto estar siempre alerta en todo el entorno para protegernos de quien nos acosa.
Sobre todo confiemos en nuestras intuiciones, en nuestro protector y en nuestra prudencia para continuar en la vida con libertad y alegría, que es esta la segunda, la mejor parte de vivir a plenitud y sin miedos.
“Nunca dejes que el miedo sea tan grande que te impida seguir adelante”.