Elaborado por: Kathya Mondragón

El femicidio es un término que se ha usado millones de veces a nivel mundial, incluso hay personas que piensan que es un tema de moda, sin embargo, esto solo demuestra la poca consciencia sobre esta problemática social, que hoy por hoy trasciende de una manera descomunal a todas las sociedades del mundo.
¿Qué es un femicidio?
Comprende toda una sucesión de actos violentos y denigrantes hacia la mujer, estos van desde el maltrato físico, emocional, psicológico, violencia doméstica, así también insultos, diferentes tipos de tortura, violación, prostitución, el acoso sexual, el abuso infantil, las mutilaciones genitales, etc. Es así que cuando todas estas formas de violencia hacia la mujer resultan en muerte, se convierten en femicidio.
¿Afecta a la sociedad?
Claro que la afecta debido a que el femicidio es lo más grave y condenable acto de violencia contra el género femenino, que no solo implica un acto de barbarie, sino uno de los síntomas más claros de una sociedad históricamente desigual.
Es así como a miles de familias se les arrebata de forma cruda y brutal un miembro de su familia, quedando sumergidas en un profundo dolor, los casos de femicidio son el pan de cada día, no solamente en el Ecuador, también en Latinoamérica y a nivel mundial, en la mayoría de los países es un tema que a los gobiernos se le ha ido de las manos.
En la actualidad las mujeres ya no se sienten seguras, frente a tantas muertes en estas condiciones; los movimientos feministas y demás organizaciones que salvaguardan a las mujeres se encuentran forjando más conciencia en la sociedad acerca de esta problemática.
Machismo y femicidio
El machismo nace desde los entornos familiares de cada persona, tanto así que es impartido como una manera de adoctrinamiento socializador desde el nacimiento y a través del proceso de crecimiento y formación del ser humano, se ha educado para que sea natural y adecuado que los hombres ocupen el lugar del privilegio en la familia, en la escuela, en la iglesia, en el trabajo, en el Estado y en todas partes.
Muestra de ello, es que le corresponde por derecho machista, el mejor puesto de la mesa, los mejores manjares en la cena, el silencio absoluto porque debe descansar o si esta de mal humor, la atención privilegiada de parte de la esposa porque es su obligación, la cual al habérsela enseñado a través de una programación que es el sexo débil, ha aprendido que tiene que vivir bajo la protección y tutela, primero del padre, del hermano mayor y finalmente de su pareja, por trata a un ser frágil e incapaz de defenderse, simplemente porque el ciclo del machismo donde se desenvolvió así lo dictamina a través del tiempo.
Todo esto nos a lleva a reflexionar acerca de la necesidad de educar a la familia, núcleo de la sociedad, ya que indiscutiblemente las madres al ser la primeras formadoras de los individuos, siendo que sus afirmaciones llevarán el sello de la conducta machista de quienes serán sus hijos, por lo tanto, es menester racionalizar el lenguaje que se emplea a diario, puesto que este debe llevar implícito el respeto por el ser humano, partiendo del respeto a la vida, no debemos educar a nuestras niñas a defenderse de los hombres, debemos educar a nuestros hijos a no lastimar a las mujeres.
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