Elaborado por: Jaime Mejía P.

Me levanto 6:00 am, aún está oscuro, voy al baño a lavarme la cara, luego voy hacia la cocina encendemos la hornilla ponemos la olla para la leche, comenzamos la tarea para dejar algo de comer para el almuerzo, entre ollas y sartenes se prepara el desayuno para los integrantes de la casa, los niños primero, para que vayan a la escuela, corre por aquí y corre por acá para que se despierten y no se queden dormidos. Mi…. la leche se regó!
Luego preparar el desayuno para el marido, un poco de conversa y listo ya son las 7:30 am, y yo lista para hacer otras cosas dejar limpiando, hacer las camas preparar la ropa y salir al trabajo, correr para alcanzar el bus, y no llegar tarde.
VUELO AL TRABAJO
Llegando al trabajo timbrar la tarjeta, que suerte no me atrasé en esta ocasión, y lista para escuchar las primeras instrucciones del jefe, y manos a la obra, atentos a la cadena de producción, hay tanto por hacer y no hay tiempo para un descanso sino hasta el almuerzo.
Ohh esta vez, me olvidé mi almuerzo sobre la mesa, ya tocó un pan y café hasta la salida.
Por fin es hora de salir, creo que me he tomado algunos cafés para no caer rendida, de nuevo a la odisea de tomar un bus para llegar a casa, con la cartera bien apretada para que no me roben los pocos pesos que tengo para pasajes y pan. Voy como sardina en lata, alguien me pasa la mano por la cola ¡qué fastidio!, hasta que por fin tengo que bajarme, el chofer no escucha que me debo bajar y me deja unas cuadras más lejos de lo que pensaba. Camino a la panadería, compro leche, pan y algo de dulce para los niños, espero que esta ocasión mi marido llegue en hora y que no llegue pasado de tragos.
Por fin en casa
Llego a casa después de haber caminado bastante, y veo que hay platos sucios en el fregadero, los niños ya estaban en casa y pregunto si ¿ya están hecho los deberes?, uno de ellos, necesita mi ayuda con un problema de matemáticas, trato de ayudarlo, mientras preparo algo de comer para la noche, recuerdo que hay ropa por lavar y algunas prendas por planchar para el día siguiente.
Entre lavar la vajilla, calentar lo que había cocinado para el almuerzo, y darles de comer a los niños, trato de darme tiempo para guardar cosas, doblar la ropa de todos, escoger las medias…
UYYY algo se quema, por suerte no fue tanto, bueno eso me lo como yo.
Al fin llega mi marido, por suerte está bien, esta ocasión está sin alcohol encima, le pido que ayude a mi hijo con la tarea de matemáticas, refunfuñando lo hace.
Le sirvo la merienda, y cuando termina con la tarea del niño, le pregunto: ¿Cómo te fue?
Y él se desahoga, vocifera contra el jefe, contra su trabajo, pero sin embargo no puede dejarlo, porque es parte del sustento de la casa y le digo: hay que agradecer que al menos tenemos trabajo.
Luego, me toca dejar limpiando todo, ollas, vajilla, mesa, cocina. Y después planchar la ropa que su marido se pondrá mañana, mi uniforme también y el uniforme de los niños para que no vayan desarreglados.
Llegó mi hora de descanso
Por fin termino, bueno eso creo, me alisto para la cama, pero mi marido desea otra variedad, estoy tan agotada, que ya ni siento, y lo peor es que a él también le pasa lo mismo. Agotados, cansados y sin ningún tipo de romanticismo hasta el quinto sueño.
El despertador suena a las 6:00am, un nuevo día ha empezado.
¿dónde quedan mis sueños, mis anhelos de días mejores?
Historia de una madre, como muchas de las madres, en muchos de los hogares del mundo.
Todos estos temas surgen de nuestro espacio de rueda de diálogo Conversando con tu Veci(ndad) que las hacemos por via virtual por Zoom en el ID 278 275 0942 .
Esperamos que nos acompañen