Elaborado por: Lisa Markovits
Hay un poema famoso del poeta norteamericano Robert Frost en el que se encuentra frente a dos caminos en un bosque y no sabe por cuál camino transitar.
De hecho, ambos caminos se ven bien y él piensa que posiblemente podrá caminar por el camino no escogido a futuro.
Aunque tal vez, ya que un camino lleva siempre a otro, posiblemente él no volverá a ese sitio jamás.
Es en ese momento que toma su decisión, mundialmente conocida, de “tomar el camino menos viajado”. Y él asegura que tomar “el camino menos viajado,” es decir, el menos común o tradicional, “ha hecho toda la diferencia en su vida.”
El vaivén de la vida
En la rueda de Conversando con la Veci(ndad) de esta semana, el grupo decidió hablar de sus dificultades para encontrar el equilibrio entre lo laboral y lo personal.
El tema siempre resulta complejo, pero más aún ahora que estamos en la pandemia del COVID.
Es como si el trabajo invadiera la casa, y no solo porque muchas personas hemos tenido que volcarnos hacia el teletrabajo. Sino también porque parecería que se han desdibujado las líneas que separan el espacio íntimo de la casa con el de la oficina, sobre todo para las personas que tenemos la posibilidad de trabajar con la computadora.
Entonces, los correos llegan a la medianoche y los contestamos a la madrugada. Y el fin de semana se vuelve también una extensión de los días hábiles.
Así somos más productiv@s. ¿O no?
Para algun@s participantes de la rueda, el poder mantener una conexión virtual –sea de trabajo, colegio o a nivel personal– ha sido la salvación en estos tiempos de encierro. Ha llenado los vacíos dejados por la falta de contacto físico.
Para otr@s se ha convertido en un momento de pausa, que nos da la oportunidad de reflejar sobre cómo queremos vivir nuestra vida, no solo ahora sino también post-pandemia. Porque lo único que tod@s acordaron es que vivir con un ritmo 24/7 de trabajo no solo que no es productivo, sino que no es sano.
Y que nos está obligando a desapegarnos de lo que no es importante y enfocarnos en nuestras prioridades de vida.
Soy lo que soy, no lo que hago.
Nadie le quita mérito al trabajo. De hecho, es con esfuerzos constantes y disciplinados –mezclados a veces con un poco de suerte– que logramos salir adelante. Pero la comunidad fue insistente en la necesidad de ser, de encontrar la paz en nuestras acciones.
Al final, el trabajo es solo trabajo. En el trabajo no somos imprescindibles, pero sí lo somos para nuestros seres queridos y para nosotr@s mism@s.
Con lo que nos llevamos la necesidad de encontrar el equilibrio, de tomar el camino que combine suficiente trabajo como para sostenernos y crecer profesionalmente, sin descuidar lo más importante en nuestras vidas.
Por ello la perla de esta semana es:

¿Tú también estás frente a una gran decisión de cómo llevar adelante tu vida con equilibrio? Cuéntanos cómo lo vas a lograr o cómo lo lograste en el pasado.
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