Elaborado por: Penélope Lara

NO SE PUEDE SER SÚPER HÉROE EN LA VIDA REAL
En una de nuestras ruedas de Conversando con la Veci(ndad), María (nombre protegido) manifestó que a veces se siente la Mujer Maravilla, por el hecho de querer resolver problemas por todas partes, metiéndose en situaciones que no son de ella, y esto siempre por querer ser parte de la justicia y que todo se resuelva de la mejor manera, pero muchas veces termina sintiéndose frustrada e impotente por no lograr mucho.
María, comentó que en la sociedad los que imparten justicia siempre velan por su propio bienestar, haciéndose “los de la vista gorda”, no tomando acciones justas ante faltas visibles e infraganti, dejando de lado el cuidado de los demás y más aún vigilar por la seguridad de uno como ciudadano.
Un acto de injusticia
María trabaja cuidando coches, en un área de Quito, y en alguna ocasión un joven en estado etílico increpando y golpeando los autos que ella estaba a cargo, lamentablemente al ella solicitar que no lo hiciera se desató una riña injustificada, a pesar de ella ser mujer y embarazada; cuando expresó este caso a la justicia, no hicieron nada y peor aún le echaron la culpa a ella porque aquel joven que estaba en estado etílico era menor de edad.
Las autoridades jamás consideraron que María era mujer embarazada y que en ese momento del percance se encontrara con su hija pequeña, al final le manifestaron “que esos actos eran una contravención y que debía buscar otro sitio en donde poner la denuncia”, dejando como resultado una enorme decepción sobre esas autoridades que brindan justicia y el hecho de no confiar jamás en el sistema judicial.
Para reflexionar
Sin lugar a duda aquellos actos que muchas veces queremos defender, pueden provocarnos grandes decepciones o dañarnos física y/o mentalmente, dejando una huella de amargura en la vida y en aquellas personas que tal vez sin pensar no lograron hacer algo para evitar o en este caso, cuidar de una madre en estado de gestación.
La calma es la mejor medicina para este tipo de acciones, pedir ayuda es sano, brindarla es más loable en especial en estas situaciones, no mucha gente desea involucrarse, pero a veces es necesario. Justo para evitar un daño mayor.
Analizar los que es prudente y evitar a toda costa el enfrentamiento, salvaguardar la vida ajena y mejor aún la de uno mismo.
Así también debemos concienciar a las autoridades que la defensa de una mujer embarazada debe ser una prioridad y que el respaldo de la justicia está plenamente de su lado, una mujer trabajadora, respetuosa y con muchas ganas de ayudar a sus hijos a crecer en este mundo.
Y aunque suene terrible esta situación, hizo que aquella mujer que quería ser la heroína de esa historia aprendiera una gran lección; pensar en ella, en su hija y en su bebé antes de actuar, no precipitarse, aprendió a no poner su vida en peligro por proteger cosas que al final se pueden reemplazar y que muchas veces no siempre se puede ser “la mujer maravilla”.