
Elaborado por: Lisa Markovits
“¡Mamá, estoy aburrid@!” Es la típica frase que plaga a toda mamá – y a todo papá – en las épocas de vacaciones escolares.
L@s niñ@s están cansad@s de la escuela, pero en tan solo una hora de libertad ya no saben cómo entretenerse.
Algun@s recurren a la Tablet o al televisor, otr@s serán reclutad@s para ayudar en algún proyecto familiar, y así sucesivamente hasta que se acaben las vacaciones y se reúnen otra vez con sus compañer@s de aula.
¿Y en tiempos de pandemia?
El COVID ha traído tanto el colegio como el trabajo a la casa, con muchísimos retos: la convivencia, la tecnología (o falta de acceso a la tecnología), el trabajo sobrecargado y sin horario, entre otros.
Y por todos lados nos comentan que hay que tratar de mantenernos productiv@s en este tiempo de relativo o total encierro como parte de una estrategia de sobrevivencia en medio de momentos tan extraños para la humanidad.
Los niñ@s no son lo únicos que sufren de la apatía
Esto fue el tema en la rueda de esta semana del programa Conversando con tu Veci(ndad) de la Fundación Pa’Arriba Ecuador.
Podría haber surgido, como en el ejemplo de entrada de este artículo, de parte del adulto con respecto a su hij@ aburrid@… pero en este caso, la incógnita llega de una mujer adulta frente a su propio malestar.
“Se me están acumulando todas las tareas pendientes”, nos compartió, “y me siento completamente apática. Sé que tengo mucho que hacer, pero no logro traspasar mis miedos, tomar decisiones y seguir adelante”.
Lo habrás vivido. Esa lista de quehaceres grandes y chicos que va acumulando polvo sobre el escritorio que ni siquiera has limpiado.
Una decisión difícil de tomar que requiere que investigues o que simplemente dediques un tiempo a escuchar tu voz interior.
Una incapacidad de dar el salto, de confiar que, aunque caigas por el barranco, llegarán alas que te levantan. Una falta de gratitud por lo que sí se tiene, aún cuando está claro que esa auto-compasión puede rápidamente convertirse en inmovilidad o aversión.
¿Qué hacer cuando la apatía se apodera de nosotr@s?
Las perlas de inspiración resultaron numerosas. A veces toca simplemente dar el paso, atravesar el miedo. “No hay peor gestión que la que no se hace”. Otras ideas… Cuidar del cuerpo con buena comida, aire fresco y ejercicio. Nutrir el espíritu con meditación, oración o cualquier práctica espiritual que nos llene. Alimentar al corazón con visitas presenciales o virtuales con nuestras amistades.
Y también salió un camino alternativo: el aceptar nuestra pereza. Acogerla. Celebrar cada uno de nuestros logros chiquitos.
Pedir ayuda si la necesitamos.
Y, sobre todo, darnos cuenta que una mente o una vida en constantes revoluciones no permite el espacio necesario para la creación.
Hace falta parar. Tomar fuerzas. Mirar otros ángulos.
Despejar la mente. Descubrir lo que más nos gusta, lo que nos hace únic@s.
Esto es algo que l@s niñ@s hacen por naturaleza. Tienen mucho para enseñarnos a los adultos.
Y por esto, desde nuestra rueda, te compartimos la Perla de Inspiración para esta semana: «Del aburrimiento nace la creatividad».