Elaborado por: Ma. Fernanda Camacho

Me acerqué a la lavandería y vi que mi camiseta favorita que se manchó con jugo de mora ya no estaba sucia, giré la mirada y noté que mi enamorado estaba arreglando la ropa ahí. Claramente la mancha de mi prenda no desapareció de milagro; mi novio fue el que la lavó mientras yo estaba estudiando.
Para mí este hecho no tiene nada de extraordinario, pero tal vez para otras parejas esto no sea habitual. ¿Por qué? Por los estereotipos de género que influencian el manejo de una relación y definen la forma de comportarse de acuerdo a si se es hombre o mujer.
Cocinar, lavar, estar en casa, atender a los hijos es solo para mujeres. Los hombres deben pagar siempre la cuenta, los hombres no saben cocinar, los hombres no pueden hacer actividades del hogar, ellos solo sirven para las manualidades y cosas pesadas. En fin, muchas tareas son solo para mujeres y solo para hombres, pero ¿en base a quién? En base a una sociedad que considera que según el género que se tenga es necesario imponer un rol para comportarse de cierta forma en todos los aspectos de la vida.
Estos estereotipos de género también forman parte de las relaciones sentimentales, y en ciertas ocasiones pueden surgir hasta de manera inconsciente.
Ejemplo a seguir
Doy este ejemplo no con el fin de juzgar, ya que hay que entender que ellos se criaron en una época totalmente diferente a la mía. Y aunque entiendo su relación, definitivamente no es un ejemplo a seguir. Yo no creo en los roles de género y mi novio tampoco tiene esos prejuicios.
La cocina no es mi pasión, y siendo totalmente honesta he llegado a pensar que esta me odia, así que cuando logro cocinar arroz sin quemarlo es un verdadero logro para mí.
Mi propósito de vida no es tener hijos, no lloro con cada película que veo, no me gusta maquillarme, a veces invito a mi novio a comer y yo pago la cuenta, no estoy dispuesta a sacrificar mi felicidad por nadie y no soy una princesa en busca de un príncipe que me rescate.
Mi novio tiene un don con la cocina, él llora cuando ve películas, le gusta arreglar la casa y tener todo limpio, él plancha su ropa, lava los platos, es la persona más cariñosa y detallista que conozco, y no, no está buscando una princesa a la que deba rescatar.
¿Cuál es el verdadero papel?
Nuestra relación no se basa en un papel que debamos desempeñar de acuerdo a nuestro género, nuestra relación se basa en el respeto, en la confianza, en el amor, en el apoyo mutuo, en la colaboración y compromiso.
Es probable que lo que acabo de escribir lo lean o lo escuchen. pero no es cuestión de decirlo de boca para afuera, es necesario que todos esos valores se vean en la práctica.
No entiendo cuál es la razón de empeñarse en definir el comportamiento de mujeres y hombres en base a creencias arraigadas en una sociedad anticuada, y que esos ciclos de machismo ya los podemos ir erradicando de nuestras vidas. Es momento de ser seres funcionales, hombre o mujer que podamos hacer tareas que beneficien al hogar, a la relación o simplemente a la sociedad
¿Por qué complicarse tanto cuando lo más bonito es construirnos sin prejuicios que destruyan una relación? ¿Por qué complicarse tanto? cuando lo más lindo es soltar esas ataduras que obscurecen lo que debería brillar y ser tan puro y ¿Por qué complicarse tanto cuando lo más valioso que puede existir es un amor sano que te llene de vida, no que te la quite?