Un día a la vez

Perla de inspiración

Un día a la vez

Elaborado por: Lorena Sánchez

A veces es fácil llegar con el mensaje a otros y decirles, ¡hey! ¡de qué te preocupas!, sin embargo, cuando las palabras retumban para ti, cuán diferente se torna el escenario…

Y sí, esto del vivir un día a la vez… es una tarea cotidiana, que recibimos apenas nos despertamos al amanecer y al que deberíamos atender y revisar cuando termina la jornada.

David Seabury, en su obra, “El Valor de ser uno mismo”, capítulo Formas más fáciles de vivir describe:

“En el manejo de todos los problemas hay un principio básico que pocas veces es comprendido: no enfoque su atención por más de unos pocos minutos sobre una dificultad antes de buscar cómo puede cambiar la situación total. Así es como los médicos manejan las enfermedades, los cirujanos tratan con las lesiones, cómo los ingenieros le hacen frente a las debilidades mecánicas. No hay un enfoque apurado sobre el acontecimiento, sino una acción directa, tal como pedir una ambulancia, dar una medicina, construir un refuerzo, poner algunos puntales”. 

Es decir, que la atención a lo presente, es sustancial para poder avanzar… eh ahí el reto de vivir, un día a la vez y con ello no dar paso a la tan temida y tan extendida, preocupación.

Pues sí, pre-ocuparse, es adelantarse con nuestra atención a algo que aún no sabemos si acontecerá.

Cada segundo cuenta

El día tiene 24 horas, 1440 minutos.. y se nos pasan casi sin sentirlos porque, o estamos conectados con la nostalgia de lo que ya no es más, de lo que nos pasó, atiborrados de rencor por no poder perdonar, o henchidos de resentimiento por creer que aquel o aquellos me dañaron, en fin, colgados con nuestro pasado; o del mismo modo, presentamos mucha ansiedad por estar pendientes del mañana, de las cosas que no sabemos si ocurrirán, desesperados de todo lo pendiente y es tal la angustia, que nos inmoviliza y eso nos pone peor…

 1440 minutos cada día, cada minuto con sus 60 segundos, es decir, un tic-toc continuo, con tantas oportunidades de conectarse con la vida, con cada inspiración, espiración porque cada instante cuenta.

Un día a la vez, es precisamente generar esa acción directa al momento, es subir una grada de cada peldaño de la existencia, con todo el esfuerzo que ese gesto conlleva, el entusiasmo, el optimismo, la esperanza, la convicción y mi ser entero en cada paso.

Dice el sabio, de qué te preocupas, si tiene solución; y si no tiene solución, ¿por qué te preocupas?

El reto es dejar de engancharse con las prisas de lo que será, supuestamente más adelante… y no sabemos si ese más adelante llegará y de otro lado, por más que nos empeñemos en cambiar algo del pasado, no tiene forma, porque ya pasó.

Vivo hoy

Adicionalmente, nos corresponde hacer el gran esfuerzo de no entregar a los demás la responsabilidad de nuestras emociones, es decir, no culpar a otros porque te sientes mal, triste, molesto, aburrido, etc.. Un día a la vez es también hacerse cargo de uno mismo, sin esperar que lo que pase afuera sea lo que me movilice…

Y finalmente dejar de procrastinar, es decir, dejar de posponer las cosas, hay que actuar al momento, dejar de esperar que, cuando salga el sol, cuando mis hijos crezcan, cuando tenga recursos, cuando me gradúe, cuando esté más saludable, etc.; porque seguro todo esto nos resta la energía de vivir en el presente como lo único que disponemos.

Vivir el hoy, vivir mi hoy, porque es lo único que tengo.

Un día a la vez para avanzar, ni con el peso del pasado, ni con la ansiedad del futuro, conmigo, con mi decisión de hacer lo que tengo que hacer HOY. ¡ES LO ÚNICO QUE TENGO!