Elaborado por: Penélope Lara

Con la aparición del virus Covid 19 y de sus catastróficas cifras en tema de los contagios a los adultos mayores, en todo el mundo las generaciones más jóvenes pusieron a buen recaudo a los “abuelit@s”.
Sin embargo, el miedo, la incertidumbre y las medidas extremas con ellos hicieron que vivan en un confinamiento obligatorio, a tal punto de sentirse aprisionados en su propia casa y con las limitaciones de visitas y de salidas.
Definitivamente esto caló en la mente de nuestros mayores.
En de mayo del 2021, la OMS (Organización Mundial de la Salud) mediante un informe manifestó que las personas de la tercera edad podrían vacunarse de manera gratuita en los lugares establecidos, creando de esta manera una esperanza para todos quienes vivieron sometidos a una crisis económica por no haber podido seguir con las funciones que realizaban, una crisis emocional y psicológica puesto que la COVID-19 afecta también la salud mental no solo de quienes la padecen sino de su entorno familiar.
La vacuna se dividió en dos etapas, las cuales tenían que ser efectuadas en las fechas que se indicaban, y de ese modo todos los adultos mayores al fin estarían más tranquilos y no con la inseguridad que en cualquier momento su vida sería afectada y arrebatada.
¿Cómo estábamos antes?
¿Qué pasó antes de la vacuna?
¿Cómo vivieron los adultos mayores mucho antes de que la OMS informara sobre la vacunación?
Aquellas personas que vivían de un ingreso diario no podían salir de sus hogares porque podían contagiarse y tuvieron que quedarse en casa, teniendo como experiencia que muy pocas personas podrían brindarles su ayuda, considerando que necesitan un constante seguimiento para poder afrontar aquella situación que atraviesa el país y el mundo entero.
Muchos que viven en condiciones de precariedad con enfermedades crónicas, tienen que enfrentarse aún más a la trastorno psicológico y de salud, porque los medicamentos que debían ser parte de su bienestar, no los pueden conseguir por su propia escasez económica.
Un fuerte soplo de vida
Pero llegó el suspiro de esperanza, la vacunación es gratuita y se logró un alto a la pandemia, permitiendo que la salud mental de las personas mejore considerablemente, puesto que, con esta gestión se va a poder reducir los niveles tan exorbitantes de fallecidos , se podrá controlar los número de contagiados y evitar la saturación en las entidades de salud.
Hay que recordar que no por estar vacunados, el virus no hará su trabajo, y que todos podremos continuar con la vida normal que se tenía mucho antes. Aquí no termina nuestro cuidado, debemos ser constantes y ayudarnos unos a otros, mantener los cuidados mínimos y tener prioridad a quienes lo necesitan más.
Los adultos mayores deben sentir que pueden contar con el apoyo de toda la comunidad , de su familia y de sus seres queridos, que sepan que en las adversidades no están solos en este mundo.
Porque las personas de tercera edad necesitan la protección por parte de todos, deben saber que su vida es la pieza clave de nuestro proceso de historia, nuestro legado como ecuatorianos y como personas, y ahora es momento de decir a los adultos mayores:
“ustedes son la sabiduría y la esperanza de quienes forman parte de su vida”, “ustedes son amor y respeto” «ustedes son admiración”, porque trabajar a favor de los adultos mayores debe venir de nuestro corazón para así forzar el lazo de respeto y reciprocidad por quienes en algún momento nos dieron su vida.