Elaborado por: Penélope Lara

Fueron los españoles quienes tuvieron el control del continente americano, antes de que se diera el hecho histórico que se recordaría para siempre en la memoria de todos los ecuatorianos…
Aquel día del conflicto armado ocurrido el 24 de mayo de 1822 se obtuvo un triunfo memorable. Puesto que le dio fin al proceso de la independencia de Quito, y a la vez de la república ecuatoriana. En la cual, se demostró: democracia, dignidad de las regiones, respeto, fuerza, unión, etc. Sin dejar atrás la lucha del territorio, que actualmente identificamos como América Latina, después de haber estado bajo el poder del imperio español.
Reconocimiento
Varios hombres lucharon esta batalla que dejó pérdidas de grandes combatientes por doquier, sin desestimar el esfuerzo que tuvieron algunas mujeres aguerridas ese mismo día. Demostrando que al igual que los varones, ellas también podían pelear por la dignidad nacional.
Ramona Castillo nacida en la provincia del Guayas, fue una de las mujeres que se recuerda en estas fechas, por su gran esfuerzo y sacrificio que tuvo en la lucha de la Batalla del Pichincha.
Ella se ofreció como enfermera voluntaria del batallón Yaguachi, e intervino en el conflicto. Sin embargo, su muerte también fue trágica, murió en Riobamba al ser gravemente herida. Pero, hasta el día de hoy será el orgullo de la patria por su gran labor realizada.
Por otro lado, también se recuerda a varias mujeres que desempeñaron un papel importante en esta batalla como: Nicolasa Jurado, que en ese momento se hizo llamar como Manuel Jurado; Inés Jiménez, llamada como Manuel Jiménez y por último; Gertrudis Espalza, que se hizo pasar con el nombre de Manuel Espalza. Estas tres mujeres guerreras, aparentaron ser hombres para poder tener ingreso e incorporarse en el cuartel del ejército de Babahoyo.
Entre la contienda para obtener aquel triunfo, Nicolasa Jurado fue lastimada con un impacto de bala y para poder ser extraída tuvo que ser trasladada de manera urgente a un hospital de Quito. Ahí fue auxiliada y logró sobrevivir. Los enfermeros descubrieron que no era la persona que creían, a pesar de esta sorpresa y por su esfuerzo, el general Sucre la ascendió a Sargento.
Manuel Jiménez y Manuel Espalza, continuaron firmemente en el ejército del general Sucre, logrando estar en la batalla de Aguacho-Perú. Este fue el último paso para darle fin a la conquista que dió libertad a Sudamérica de manos de los españoles. Y de esa manera, fueron condecoradas con sus nombres propios: INÉS JIMÉNEZ y GERTRUDIS ESPALZA
Las Caballerescas de la Orden del Sol
Otra de las mujeres que fueron leyenda con el fin de terminar el proceso de la libertad de América, fue Manuela Sáenz. Quien con valentía ayudaba a los soldados caídos y heridos durante el enfrentamiento. Sáenz los rescataba y ayudaba con todo lo que estaba a su alcance por ellos.
Era fiel mano derecha de Simón Bolívar y partidaria de las ideas libertarias que tenía, poniendo su vida en riesgo en varias ocasiones para que este pudiese escapar de sus oponentes. El aporte de Sáenz, así como el de las demás mujeres fue de orgullo, tanto así que luego de dos años se emitió una carta por Antonio José de Sucre, en la que manifestaba el reconocimiento de la gran importante participación que había tenido la Libertadora del Libertador, Manuela Sáenz.
Rosita Campuzano, también fue partícipe de este proceso, ayudando a ocultar a militares de todos los rangos para que estos pudiesen cruzar a Huaura, una de las provincias de Perú.
Los contactos que tenía con personas prestigiosas, la ayudaron a obtener información que favoreció al proceso de independencia. Por estas acciones formaron parte de la lista de Caballerescas de la Orden del Sol. Lista de distinciones que el estado peruano creó para aquellos ciudadanos que se destacaron en diferentes campos como: cultura, política, servicios extraordinarios, entre otros.
La lucha fue intensa y se llevó muchas vidas, pero al final se logró obtener la libertad tan deseada, porque como dice esta frase: “Sudamérica es el pan para Eva y Adán, es un hombre de color que golpea un tambor, es el canto del indio en idioma español, son los picos andinos elevándose al sol (Miguel Cantillo).
La Batalla del Pichincha la pelearon hombres y mujeres y a ellos la gracia interminable, porque cuando sea necesario hombres y mujeres se unirá para la lucha, porque así unidos la fuerza se obtendrá.